Diez (10) reglas para redactar mejor

Cada buen escrito, por breve sea, involucra dos luchas: la de entender y la de comunicar lo entendido al destinatario. Ya sea una simple pregunta de examen, o un informe para tu supervisor, lo fundamental es atender el asunto que se te requiera atender; no el asunto que hubieras preferido atender. En otras palabras, hay que contestar la pregunta que se te formula, no la que hubieras preferido que se te formulara.
Al enfrentarte a una pregunta cualquiera, o un tema a desarrollar, tienes que determinar si entiendes claramente lo que se espera de ti. Asegúrate siempre de entender la pregunta o el propósito del escrito antes de comenzar a escribir: no tengas miedo de pedir una aclaración.
Las siguientes 10 reglas te ayudarán a ser más efectivo al momento de redactar. En general, te ayudarán en las dos luchas mencionadas en la introducción: la de entender y la de que se te entienda.

Regla #1
Trabaja para entender tus fuentes de información.
Escribe siempre en tus palabras para probar que entiendes el material. Ten presente que si parafraseas tus fuentes te arriesgas a no contestar la pregunta que se te formuló. Los profesores tienden a formular preguntas que van más allá de una simple respuesta que salga casi en su totalidad de la fuente de estudio. Por otro lado, citar o parafrasear la fuente es a veces un indicador de que no se ha entendido el tema a cabalidad.

Regla #2
Escribe para ilustrar o informar, no para impresionar.
Utiliza lenguaje para comunicar eficientemente tus ideas; no para impresionar. Un lenguaje muy elaborado puede terminar excluyendo un sector significativo de tus lectores. En todo escrito, tienes que dejar claro que entiendes lo que expresas; además, debes convencer al evaluador de que conoces el material.

Oración con término contractual (usufructo) sin definir:
Don Paco le cedió la finca a Humberto en usufructo por 10 años.
Oración aclarada en la que se presenta la definición oportunamente con una extensión de la oración usando punto y coma:
Don Paco le cedió la finca a Humberto en usufructo; tendrá, así, el derecho a usar la tierra y disponer de sus frutos sin deteriorarla por 10 años.

Oración con término legal (Hábeas corpus) sin definir:
La solución que propone el abogado es someter una petición de Hábeas corpus hoy mismo.
Oración aclarada en la que se presenta entre rayas la definición del término:
La solución que propone el abogado es someter una petición de Hábeas corpusel derecho de un detenido a que un juez le oiga y resuelva acerca de la legalidad de su arresto—hoy mismo.

Nota que habrá casos en los que la oración modificada, para que sea entendida por un mayor número de lectores, terminará siendo significativamente más larga. Esto no debe preocuparte en lo absoluto: después que cumpla con los principios básicos de redacción, no importa cuántas palabras tenga o deje de tener.

Regla #3
Respalda tus argumentos.
Al presentar un argumento, por convencido que estés de su certeza, es indispensable que presentes evidencia, información o un razonamiento que lo respalde. No hacerlo tiene como resultado convertir el argumento en una mera opinión o aseveración, aunque lo planteado sea cierto.

Oración imprecisa (“una de las… más pobladas”):
La capital mexicana es una de las ciudades más pobladas del mundo; tiene unos 20 millones de habitantes.
Oración más precisa (“la tercera metrópolis más poblada”):
Una población de algo más de 20 millones convierte a la capital mexicana en la tercera metrópolis más poblada del mundo.

Oración imprecisa (“resisten huracanes”):
Las puertas y ventanas de mi casa resisten huracanes.
Oración más precisa (“resisten vientos sostenidos de hasta 150 MPH”):
Las puertas y ventanas de mi casa resisten vientos sostenidos de hasta 150 MPH.

Regla #4
Distingue siempre un “hecho” de una “posibilidad”.
Asegúrate de distinguir claramente lo que se puede considerar un hecho concreto de lo que es meramente una posibilidad. Tu inferencia o deducción no puede presentarse como un hecho. En estos casos, se debe utilizar una construcción lingüística que sugiera posibilidad. A esa posibilidad, de todas formas, debe antecederla un razonamiento apoyado por evidencia concreta. Una opinión adquiere valor intelectual si se presenta como resultado de un proceso de razonamiento o análisis.

Opinión sin evidencia o razonamiento:
La especie bajo estudio carece de visión nocturna.
Construcción que explica la inferencia:
Los resultados de nuestra investigación sugieren que la especie bajo estudio carece de visión nocturna.

Opinión sin evidencia o razonamiento:
En mi opinión, la Batalla de Stalingrado (1942-43) fue decisiva en la derrota final de la Alemania Nazi.
Construcción que explica la deducción:
Después de estudiar varias fuentes, entiendo que la Batalla de Stalingrado (1942-43) fue decisiva en la derrota final de la Alemania Nazi.

Fíjate que la información suministrada en las opiniones no es falsa; de hecho, en términos de contenido, éstas dicen exactamente lo mismo que las contrapartes aclaradas. Es simplemente una frase, no muy extensa, lo que nos permite enterarnos de que ha habido un proceso (investigación; estudio) que hace más convincente lo planteado.

Regla #5
Escribe exactamente lo que quieres decir.
Sé preciso en tus afirmaciones; nunca dejes espacio para un malentendido. A veces, es cuestión de añadir una palabra o frase a una oración para eliminar la ambigüedad. No hagas que el lector adivine o deduzca lo que quieres decir pues, a menudo, lo hará incorrectamente. Escribe para que se entienda lo que quieres que se entienda y asegúrate de escribir lo que quieres decir. Nunca culpes al lector por no entender lo que quisiste decir; seguramente, escribiste otra cosa.

Ejemplo:
Juano Hernández (1896-1970), actor puertorriqueño de color, se destacó en los medios estadounidenses a pesar de su raza.

La oración anterior puede interpretarse como una expresión racista por lo menos por dos razones. En primer lugar, el término “de color” implica históricamente una especie de lástima por parte del blanco que no quiere ofender, y, aunque es lástima, no deja de llevar dentro de ella un sentido de superioridad ante la “penosa condición” de ser negro. Habrá quien diga que es estirar mucho el término, pero equivale a la pena que se siente por un pordiosero o un discapacitado (siempre desde una posición de superioridad). El segundo asunto gira en torno a la frase “a pesar de su raza”. Cuando apuntamos que se destacó “a pesar de su raza”, inconscientemente (en la mayoría de los casos) argumentamos que es una sorpresa, que no era de esperarse dada su “condición limitante”; en este caso, ser negro. Sería un caso distinto decir que un niño habla tres idiomas “a pesar de ser sordo”, ya que la sordera presupone una limitación para aprender idiomas, particularmente por los sonidos.
Ahora bien, debes evitar a toda costa tener que lidiar con argumentos como los que se presentaron arriba. Para esto, sólo sigue la regla #5 y escribe exactamente lo que quieres decir: ni más, ni menos. ¿Qué te parece esta versión de la oración ejemplo?

Juano Hernández (1896-1970), actor puertorriqueño negro, se destacó en los medios estadounidenses en un período en que ser negro suponía muchas limitaciones.

Fíjate que escribimos claramente que era “negro”, pues Juano Hernández lo era; y que, en el período en que se desempeñó, no era fácil para un actor negro destacarse. Esta oración no es chocante ni insultante; sólo presenta lo que se quería señalar de este actor puertorriqueño negro.

Regla #6
No hagas que el lector pase más trabajo del necesario.
No obligues al lector a interpretar lo escrito; te corresponde a ti escribir con claridad y precisión. Si hay algo que interpretar, interprétaselo al lector: siempre puedes usar notas al calce, además de los signos de puntuación, para aclarar o interpretar algún punto. Recuerda que debes escribir para que se te lea con placer; no importa cuán simple sea el dato, te corresponde a ti interpretarlo, no al lector.

Ejemplo:
El 42.1% de los 423 estudiantes obtuvo menos de 70% en el examen; y, del resto, sólo 45 estudiantes obtuvieron una puntuación de 80% o más.

Una oración como la anterior, para tenerle algún sentido al lector, tendría que ir acompañada de una serie de cálculos matemáticos que, aunque básicos, no dejarían de incomodarlo. Ya sean cálculos o definiciones, procura presentarlos dentro del texto siguiendo un mismo patrón. Por ejemplo, si reescribimos la oración anterior presentando la cifra (número de estudiantes) seguida de su equivalente porcentual, el lector no se verá obligado a separarse del texto para interpretarlo.

De los 423 estudiantes, 178 (42.1%) obtuvieron menos de 70% en el examen; de los 245 restantes, 200 (47.3%) consiguieron entre 70% y 79%, y sólo 45 estudiantes (10.6%) alcanzaron una puntuación de 80% o más.

Regla #7
Sé tan conciso como puedas.
Evita usar más palabras de las necesarias; es posible ser conciso y claro. La brevedad no implica, de ninguna manera, simpleza ni mediocridad. Un escrito conciso y redactado con mesura siempre complace al lector. El mejor cumplido que puedes recibir es que alguien diga que entendió perfectamente lo que escribiste y que le resultó fácil de leer.
A manera de ejemplo, la siguiente tabla muestra oraciones con palabras o frases omitibles, a la izquierda, y posibles revisiones concisas de las mismas, a la derecha.

Debe enviar un cheque por la cantidad de $1,000.
Envíe un cheque de $1,000.
No prolonguemos la duración de esta agonía.
No prolonguemos esta agonía.
La mayoría de las veces llega antes de las 9:00 AM.
Usualmente llega antes de las 9:00 AM.
Sirva la presente para dejarle saber que…
Escribo para informarle que…

Ve siempre directo al grano; en eso consiste el ser conciso. Lo fundamental es incluir organizadamente la información esencial para la comunicación efectiva. De lo demás, se puede prescindir. En principio, es sólo en la literatura creativa donde no hay, ni debe haber, limitaciones de espacio.

Regla #8 Aférrate al tema.
Lo que no sea pertinente al argumento o punto presentado, no lo escribas. No te empeñes en presentar conocimientos u opiniones en otras áreas. Tienes que evitar que el lector interrumpa la lectura para preguntarse qué tiene que ver X o Y con el tema.

Regla #9 Escribe para tu audiencia.
Aunque te sorprenda, no todo redactor cumple con este principio de la redacción. Identifica y define tu audiencia; sólo así podrás escribir respondiendo a sus talentos o limitaciones.

Regla #10 Nunca asumas que un detalle es demasiado obvio.
Es imprescindible, al redactar, incluir todos los datos necesarios para entender el argumento; por obvios que parezcan. Cuando uno se adentra en un tema, es común acumular información que, según pasa el tiempo, uno puede pensar que la persona promedio la conoce. Evalúa al momento de eliminar palabras (para ser conciso) lo vital para la comunicación efectiva. No es lo mismo “palabras de más” que “datos de más”. Si vas a tener algo de más, que sean datos.

Ejemplo #1:
§ La capital brasileña tiene 2.4 millones de habitantes.
§ La capital brasileña, Brasilia, tiene 2.4 millones de habitantes. (Hay quien pensaría que es Río de Janeiro o Sao Paulo).

Ejemplo #2:
§ Juan Mari Bras, al igual que Hostos, es natural de la “Sultana del Oeste”.
§ Juan Mari Bras, al igual que Hostos, es natural de Mayagüez, la “Sultana del Oeste”. (Quizá, estadísticamente, un amplio sector de la ciudadanía puertorriqueña conozca este detalle; sin embargo, nunca está de más apuntarlo, por si acaso).

Para este fin, la aclaración entre comas tiende a ser la mejor opción. Aclaraciones más extensas que las de los ejemplos de arriba pueden escribirse, por ejemplo, entre paréntesis o como una nota al calce. Analiza el caso y pon en función tus conocimientos sobre los signos de puntuación.

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Demuestra que te importa lo que escribes; revisa minuciosamente el escrito antes de facilitarlo al lector o evaluador. Es crucial corregir y corregir, ya que los errores de redacción pueden empañar, e incluso, debilitar tus argumentos. Cuando te sientas incómodo con una frase u oración, revísala y reescríbela hasta que estés satisfecho. Puede que tengas que reescribir un párrafo completo, pero la idea es quedar satisfecho; aspira siempre a hacer lo máximo dentro de tus capacidades.